Mi nombre es Alonso Mateos, soy
licenciado en historia del Arte y Arqueología por la Universidad de
Salamanca, y uno de mis hobbies ha sido siempre el estudio de la vida de los
santos.
Mi último trabajo fue algo diferente,
me convertí por unos meses en detective privado contratado por la Academia de Policía de Ávila,
para averiguar el paradero de las reliquias de Santa Teresa de Jesús.
El comisario Jefe y el departamento de
obras robadas, no tenían ninguna pista sobre quien, como, por que, donde podían
estar. Y mi buen amigo el inspector Mories, solicitó mi ayuda.
El inspector me facilitó los datos de
los lugares y personas donde estaban las reliquias, pero mi primera visita fue
el sepulcro de la Santa
en Alba de Tormes para comprobar que el cuerpo no había sido robado. Cuando
llegue al convento, me entrevisté con la priora y me dijo que unos días antes recibió
la visita de un descendiente de la familia Cepeda, quien le pidió estar un rato
a solas delante del sepulcro. No me pareció nada sospechoso, pero al acercarme
a la verja vi un resto de color rojizo al que la policía no dio importancia.
Al ver esto, no tengo más remedio que
decir a la Priora
que pida las llaves a la
Duquesa de Alba y al Rey, y mientras yo viajo a Roma a hablar
con el Director de los Museos Vaticanos, quien me pondrá en contacto con el Superior
general de la Orden
de los Carmelitas Descalzos. Debemos comprobar que las llaves en su poder y que
el cuerpo no ha sido robado.
Mi amigo Guzzi, Director de los Museos
Vaticanos, me pone en contacto con el Superior de la Orden Carmelita, quien me
confirma que nunca ha echado de menos las llaves, las guarda en un cajón de su
escritorio, en un apartado secreto. Al día siguiente, le pido me las de para
llevarlas a Alba y comprobar que esta el cuerpo. Al cogerlas, me manche los
dedos de una sustancia de color rojo y como se parecía a la sustancia que
encontré en Alba, cogí una muestra y la guarde en un tubo de ensayo para dársela
al inspector Mories y que la analicen en el laboratorio de la Academia de Policía de Ávila.
Como el tiempo pasa deprisa y el Papa
va a venir pronto a España para ver las reliquias, cojo un avión privado para
llegar cuanto antes.
Otra vez visito a la priora de Alba,
quien me dice que ya tiene las llaves del Rey y de la duquesa de Alba en su
poder. Al examinarlas, observo que también mis dedos se manchan de algo color
rojizo...
Juntos decidimos abrir el sepulcro y
sorpresa, sorpresa, el sepulcro está vacío. No hay nada en su interior.
Recibo un whatsapp de mi amigo el
inspector Mories, que me dice que la sustancia roja que hay en las llaves es
arcilla.
Después de tanto viaje, decido irme al
hotel “Las Moradas” a analizar todos los datos que tengo en mi poder. ¿Qué
tiene que ver la arcilla con las llaves? Hay que darle una explicación.
Las llaves que abren las cerraduras,
son antiguas, de tipo herradura, y tengo en el pueblo de mis padres,
Navalmoral, un primo que es herrero y le pregunto que relación podría haber
entre la arcilla y las llaves. Mi primo dice que lo único que se le ocurre es
que se podrían hacer copias de las llaves sacando de molde en arcilla.
Empiezo a pensar ¿y si la visita del
familiar no fue casualidad? ¿Y si todo es obra de Rodrigo Cepeda? ¿Cómo podría
conseguir todas las reliquias al mismo tiempo?
Me pongo nervioso solo de pensarlo y
llamo al inspector Mories para que investigue a Rodrigo Cepeda.
A los cinco minutos me contesta y me envía
un e-mail con la foto y su historial. Al parecer ya ha robado alguna vez un
objeto de coleccionista.
Inmediatamente imprimo la foto y se la
llevo a la Priora
esa misma noche. Efectivamente es él.
Pero ¿cómo podría haber robado al mismo
tiempo todas las reliquias de la
Santa? Solo se me ocurre una cosa, que ha pagado a una banda
organizada para que realice el trabajo.
Al día siguiente viajo a Ávila y me reúno
con el inspector Mories. Juntos vamos a ver a Rodrigo Cepeda, descendiente de la Santa, en su palacio de la
familia Cepeda.
Al llegar allí, nos recibe en la
biblioteca y observamos la gran cantidad de objetos de arte que tiene en su
poder, libros antiguos de Santos, pinturas de Santos, estatuas de Santos… Me
llama la atención un libro que hay en una estantería sobre brujería. Al
preguntarle por él, se pone nervioso.
Me acerco a la estantería y al coger el
libro se abre una puerta secreta en una de las librerías. Sorpresa, sorpresa….
En el interior se encuentran todas las reliquias de La Santa, perfectamente
ordenadas y expuestas.
Es el día 26 de Marzo y quedan solo dos
días para que llegue el Papa, la
Academia de Policía de Ávila, con sus uniformes de gala,
custodia las reliquias hasta sus lugares de origen. Los ciudadanos celebran el
éxito de la policía en poco tiempo, gracias a mi ayuda.
CASO CERRADO.
Carlos Redondo Martín
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