lunes, 16 de marzo de 2015

Detective Sara Fernández Álvarez



¿Qué es eso? ¿Mi móvil? Uff… que pereza, pero algo me dice que es importante.
-          ¿Si?
-          ¿Hablo con Sara? ¿Es usted la detective?
-          Sí soy yo, ¿ocurre algo?
-          Verá, soy el alcalde de Ávila. Ha ocurrido algo horrible. Las reliquias…
Antes de que acabara la frase miré twitter y todo el mundo lo sabía. Habían robado las reliquias.
Alguien ha robado las reliquias de Santa Teresa, lo sé. Enseguida salgo para ahí, espéreme.
Salí en la espesura de la noche. Sabía que esto no sería un caso fácil pero no podía rendirme. Había resuelto robos, crímenes, asesinatos de guerra, secuestros,… Por una vez no había muertos o, ¿sí?
-           ¿Puedo pasar?
-          Sí, por supuesto, adelante, pase.
-          Cuénteme que ha pasado.
-          Pues que de repente los guardianes de las reliquias se dieron cuenta de que ya no estaban. No hay reliquias de la santa en ningún sitio ni en Alba, ni en Roma, ni en San Lucas,… Es un desastre, encima la gente de Ávila pide mi cabeza. El papa vendrá en Marzo para el V centenario de una Santa cuyas reliquias no están. Es un desastre.
-          No se preocupe, yo le ayudaré. Resolveré el caso.
-           Por eso le he llamado, no sabía a quién acudir.
-          Pues ha acudido usted a la persona adecuada. Cogeré al ladrón, pero voy a necesitar toda su ayuda. - Primero reúna a todos los sospechosos del robo. ¿Quiénes cree que pueden ser?
-          Pues los principales, el director de los museos vaticanos, el padre general de los Carmelitas, la Priora de la Encarnación, la de San José y la de Alba. Aparte de la Duquesa y el líder de la secta milenarista.
-          Tráigalos y hablaré con ellos.
Fue un interrogatorio largo. La duquesa no pudo acudir y el resto dijeron lo que me esperaba. Las Prioras que estaban en el convento y el resto en sus aposentos y casas. En fin, ¿por dónde empezar? Voy a empezar por el lugar donde se dieron cuenta primero de la pérdida. En Alba.
-          ¿Sí?
-          Soy Sara, hablé con su Priora pero me gustaría hablar con la monja que está más cerca de las reliquias que aquí guardan. ¿Quién es?
-          Es Sor Elena. Le diré que salga. Pase.
-          ¿Sor Elena?
-          Sí, ¿qquuuee qqquieere?
-          Sor Elena, ¿está bien?
-          Sssíii, sigamos.
-          ¿Cómo se dio cuenta de que faltaban las reliquias?
-          Pues yo siempre voy a rezar antes de dormir donde las reliquias. La Priora me deja las llaves y…
-          ¿Cómo que las llaves? Aquí solo hay tres.
-          No, ahora están aquí seis, y las tres restantes a veces las tenemos con la celebración del V centenario. La duquesa debido a sus problemas de salud como viene, nos las deja.
-          Pero...  ¿y el confesor?
-          Se las deja a la priora porque tienen una estrecha relación.
-          ¿Y la Priora solo se las deja a usted?
-          Sí, verá yo soy su sobrina.
-          Vale muchas gracias Sor Elena, vaya a dormir, por hoy hemos acabado.
-          Adiós, que Dios la bendiga.
Las llaves juntas, ¿qué es esto? Sé que muchas veces todas las llaves están aquí por lo que la Priora tiene muchas posibilidades de ser la ladrona. Ahora voy a ver al confesor.
-          Hola, ¿es usted el confesor de las monjas carmelitas de Alba? Soy Sara la detective y quería hablar con usted por lo de las reliquias.
-          Sí, voy.
-          Buenas noches, perdone por molestarle pero tengo que hacerle unas preguntas.
-          Dígame.
-          Sé lo de las llaves. Sabe que no ético, ¿verdad?
-          No sé a qué se refiere.
-          Dígame lo que sabe.
-          Confío en ella. Nosotros no hemos sido y váyase por favor.
-          No me voy, contésteme. ¿Desde cuándo le deja las llaves?
-          ¡Váyase!
-          ¡Dígamelo!
-          Desde hace unos cuantos meses... Buenas Noches
Está claro que este hombre no puede ser inocente pero le mantendré vigilado. 
-          ¿Sí? 
-          ¿Es usted Sara?
-          Sí, ¿y usted?
-          No puedo decírselo es peligroso, reunámonos en la plaza a las seis y media.
-          A las seis media…
        ¿Quién es?
        Investigué los alrededores de la Duquesa, las monjas no tienen la clave. Va más allá... Puede incluso que sea una cuestión política o diplomática.
Se fue en la oscuridad. Y ahora de dónde había salido este. En fin, esto se pone más difícil. Hablaré con Alfonso.
-          -Don Alfonso, soy Sara, una detective contratada para el tema de las reliquias. ¿Podría ver a la Duquesa?  O sus últimas cartas, correos,… Es de vital importancia.
-          Sí, iré a ver cómo está pero le advierto que esto la tiene muy afectada.

-          Ahí estaba yo en el Palacio de Dueñas. Pensé que esto jamás pasaría.
-          Pase, la está esperando.
-          Hola señora duquesa, soy la detective de las reliquias. Necesito saber todo lo que conozca sobre las reliquias, las llaves, todo. Tienen que aparecer.
-          Confíe en las siervas del señor. Ellas no han hecho nada. Yo confío. Confíe en la Iglesia señorita.
-          ¿Y del confesor... qué me dice? ¿Confío en su inocencia?
-          ¿Duquesa, duquesa? ¡AYUDA!, ¡AYUDA!, la duquesa...
Y ahí estaba yo, en el funeral de la Duquesa tras haber presenciado su muerte, pero debía seguir. Necesito ver la habitación de la Duquesa, quizá ahí encuentre pistas o algo que me ayude a continuar con esta locura.
-          Don Alfonso, sé que no es el mejor momento pero, ¿podría ver la habitación de su esposa? Necesito pistas.
-          Pase por favor, a ella le hubiera gustado. Encuentre al culpable por ella.
No hay nada, solo ropa cara y joyas exuberantes. Nada, riqueza. Y su cama… es más grande que todo mi salón. ¿Pasará algo si la pruebo? Ahhh, esto es vida. Uy, ¿y esto? Es una carta del líder de la secta:

YO LAS CUIDARÉ SEÑORA LO JURO.
¿Qué es esto? Tengo que hablar con el líder de la secta, ahora él es el principal sospechoso.

-          ¿Podría hablar con su líder?
-          Sí, ahora mismo.
-          Hola, soy Sara la detective del caso de las reliquias. ¿Habló usted recientemente con la Duquesa?
-          No, y estoy bastante afectado por ello. Ojalá no se hubiera ido aún.
-          Y, ¿con el confesor?
-          Tampoco, hace tiempo que estoy en nuestro hotel por temas de trabajo.
-          Muchas gracias.
MIENTE. Vi la carta. Él y el confesor, pero Sor Elena y la Priora, ¿qué tienen que ver en todo esto? Llamaré ahora mismo al convento para hablar con Sor Elena. Sé que ella es la clave.
-          Sor Elena, soy Sara
-          Perdone pero Sor Elena ya no vive aquí, ha dejado el Convento antes de su ordenación.
-          ¿Qué? ¿Cuándo?
-          Esta mañana.
-          ¿Y a dónde ha ido?
-          A África de misionera a ayudar y predicar.
Sin Sor Elena estaba perdida.
-          ¿Sara? 
-          Sí, dígame. 
-          Sor Elena dejó una carta para usted.
-          Envíemela por favor. Muchas gracias. 

Querida Sara:
He dejado el Convento porque no estoy a gusto. He mentido. Todo era mentira, bueno todo no. Mi tía me obligó a hacerlo así que he ido a África a purgar mis pecados. Lo que buscas está bajo mi cama, todas las reliquias. Mi tía y el confesor engañaron a todo el mundo para conseguirlas. Ellos son los culpables. Espero que algún día podamos volver a vernos.
Hasta siempre y que Dios te bendiga. 

-          ¡Vamos, entren, rápido!
-          ¿Qué hacen entrando así en mi Convento?
-          Queda detenida por robo y estafa.
-          Sabemos todo Priora y también lo de su confesor. Ambos pasaréis muchos años entre rejas por esto.
-          Pero, ¿cómo?
-          Con la ayuda de un ángel y créame que no desvarío.

Y así fue como devolvimos todo a su sitio. Era un plan maestro, pero no contaron con la buena fe de una persona. Estoy tremendamente segura de que Santa Teresa velará por Sor Elena en África.
Sara Fernández Álvarez

5 comentarios:

  1. Hola Sara!
    Tu relato esta muy bien, me gusta mucho como introduces cosas tan actuales como twitter, además como descubres a la sospechosa esta genial!

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  2. Hola
    Que bonito relato Sara, mantien la incertidumbre hasta el final y me ha sorprendido mucho el resultado final.

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  3. ¡Hola Sara, me encanta tu relato!
    Sinceramente has hecho un buen trabajo, tu relato está muy bien escrito y redactado. Sigue así, además de la originalidad de tu texto, este es muy entretenido.

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  5. Hola Sara, somos Melanie y Leticia. Nos ha gustado mucho tu relato, desde el principio nos ha intrigado. Está muy bien redactado y muy original la forma de relatar quién ha robado las reliquias. Un saludo, y esperamos que ganes este concurso.

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